Has pasado por el tratamiento, te miras al espejo y… ¡por fin! Esa sonrisa brillante que tanto querías está ahí, saludando con todo su esplendor. Pero claro, ahora viene la gran pregunta: ¿cómo mantenerla así de radiante? Porque después del tratamiento de blanqueamiento, los cuidados no terminan. De hecho, lo que hagas (o dejes de hacer) en las semanas y meses siguientes marcará la diferencia entre una sonrisa de anuncio y otra que se va apagando antes de tiempo.

Como expertos en blanqueamiento dental en Chamberí, podemos contarte que la buena noticia es que mantener el blanco perfecto no es tan complicado como parece. Solo necesitas hacer algunos ajustes en tus hábitos diarios y tener claro qué cosas pueden jugar a favor o en contra de tu nuevo color dental. Vamos paso a paso.

Ya sabes, además, que muchos tratamientos son combinables entre sí. ¿No te lo crees? Ya te explicamos anteriormente lo bien que mezclan Invisalign y blanqueamiento dental para lograr esa sonrisa de película con la que siempre has soñado. Te lo explicamos todo en un post anterior. Por aquí te lo dejamos.

Cuidados clave después del tratamiento de blanqueamiento

1.- Sigue una higiene básica:

Si quieres que tu inversión en estética dental dure, empieza por la base: la higiene. Cepillarte los dientes tres veces al día con una pasta blanqueadora suave es el punto de partida. Usa también hilo dental (sí, ese que siempre decimos que vamos a usar y luego… no) y un buen colutorio sin alcohol. Esto no solo mantiene los dientes limpios, sino que evita la aparición de manchas superficiales.

2.- Evita ciertos alimentos:

Ahora, en el segundo paso después del tratamiento de blanqueamiento, vamos con lo más doloroso: decirle adiós, al menos por un tiempo, a ciertos alimentos y bebidas. Café, vino tinto, té, salsas oscuras como la de soja o el kétchup, curry, frutos rojos… Todo eso puede teñir tus dientes más rápido de lo que tardaste en pedir cita para el blanqueamiento. Lo ideal es evitarlos durante las primeras 72 horas y, si puedes, moderarlos después. Y si no puedes resistirte al café mañanero, al menos tómalo con pajita y enjuágate la boca después. ¿Te parece una tontería? Pues los resultados hablan por sí solos.

3.- Olvídate del tabaco:

Ojo también con los hábitos poco amigos del blanco dental: fumar es uno de los peores. Además de ser perjudicial para la salud general, el tabaco amarillea los dientes a velocidad récord. Si estabas buscando una excusa más para dejarlo, aquí la tienes. Tu sonrisa te lo agradecerá.

4.- Revisa tu blanqueamiento:

Por último, no olvides tus visitas de revisión. El dentista no solo puede comprobar que todo va bien, sino que puede hacerte un mantenimiento profesional si lo necesitas. Algunos tratamientos blanqueadores requieren un pequeño retoque al año para mantenerse en plena forma.

En resumen, después del tratamiento de blanqueamiento, tu sonrisa necesita un poco de cariño extra. Cuídala, mímala, y podrás presumir de dientes blancos durante mucho, mucho tiempo.